Cuídate de la rata que vende queso

Por Mariano Barusso | 15 de julio, 2023

¿No te sorprende escuchar y leer a “Top Voices” pretendiendo vender sus cursos y conferencias de liderazgo hablando mal de quienes lideramos?

A mí no, porque mi trabajo requiere que pueda detectar la manipulación que guía a los actos aparentemente más nobles, e intentar desactivarla, por el bien de los demás. Es una de las cosas por las que me pagan.

Sin embargo, las redes están llenas de manipuladores de opinión que conocen bien el marketing de la demagogia: como la relación entre quienes lideran y quienes son liderados siempre va a estar cargada por la ambivalencia, si hablas mal del trabajo de los que lideran, vas a conseguir un montón de colaboradores despechados que te van a seguir.

El cálculo es fácil: hablar mal sobre la forma en la que lidera un colectivo general e inespecífico, para ganar consecuentemente la aprobación de otro colectivo de líderes-colaboradores mucho más grande (porque la distribución del liderazgo sigue siendo piramidal).

Menos por más, ¿cuál es el problema de que dejen de seguirme algunos de ellos si me gano el amor líquido de muchos más colaboradores a los que sus líderes no pudieron sostenerles las ilusiones de completud?

Aunque carroñera, es una estrategia promocional efectiva, porque pega en el centro del dolor esperable que genera la difícil labor de liderar, que siempre va a distar de la posibilidad de poder dejar a todos contentos. El mercado de desarrollo líderes es casi infinito, pero la intención es espuria, solo comercial y no de ayuda genuina.

Hablar mal de quienes lideran para vender es el camino más fácil, no el más responsable y comprometido. Es el comportamiento de la rata que vende queso.

Muchas veces me pregunto si estos “Top Noises” (perdón por el error de tipeo) han liderado algo más que cursos de capacitación y algunas conferencias… me genera una gran curiosidad conocer su experiencia sostenida de liderazgo de equipos de seniors, en entornos difíciles y qué legitimidad pueden haber logrado al hacerlo. Si lo hicieron, obviamente. Soy así, curioso y preguntón, es otro de los hábitos con lo cuáles me gano el pan.

Hablar mal de quienes lideran para vender es el camino más fácil, no el más responsable y comprometido. Es el comportamiento de la rata que vende queso.

Solo sugiero que cuando te cruces con lecciones de liderazgo que parten de denostar a quienes lideran no te apresures a dar “like” y a descargar tus frustraciones como colaborador mientras saltas de una pantalla a la otra. Es lo que esta especie roedora está esperando, agazapada en la virtualidad.

Pensá en lo siguiente, ¿te sentirías tentado/a a adquirir un bien o servicio a partir de un proveedor que parte de hablar de lo mal que haces las cosas? Masoquistas hay, pero no me animo a afirmar que ocupen la mayoría de las posiciones de liderazgo en el mundo.

Frente a estas lecciones proferidas desde el púlpito impune de las redes, es más prudente tomar distancia, contemplar lo complejo que siempre ha resultado liderar y abstenerse de seguir alimentando polarizaciones que complican más el trabajo conjunto que deben afrontar quienes lideran y quienes aceptan ser liderados. Son un equipo, van a tener desencuentros, así es la vida y así son los vínculos que están vivos.

Ver las cosas en perspectiva, demorar la respuesta e integrar los grises es una buena conducta para quienes lideramos y, en general, aprendemos más por comportarnos así frente a los estímulos que por reaccionar sin mediatizar nuestra emoción ante a las propuestas carroñeras calculadas de los pseudo gurúes de las redes.

¿Te sentirías tentado/a a adquirir un bien o servicio a partir de un proveedor que parte de hablar de lo mal que haces las cosas?

Propongo que, sin perder el pensamiento crítico y las expectativas firmes hacia quienes lideran, tengamos consideración de la enorme complejidad que reviste ese trabajo en el mundo de hoy y que, a la vez, seamos consistentes con las ideas que pregonamos sobre humanizar el liderazgo:

  • ¿Queremos líderes que como humanos son incompletos y falibles o seguimos buscando una máquina perfecta que satisfaga las ilusiones de todos?

  • ¿La autenticidad y la vulnerabilidad son nuevos mandatos de completud?

  • ¿No hay una contracción en la retórica posmoderna de desarrollo del liderazgo que en el fondo no quiere soltar este modelo más simple del líder malo y el colaborador bueno?

Los “Top Mice” (mi corrector sigue fallando…) saben que muchos de sus seguidores no tienen el tiempo o las ganas de hacerse estas preguntas. Y te cuento que comprenden algo más siniestro: las dicotomías totalitarias son las que ganan las elecciones frente a una ciudadanía que pide certezas. Es por ello que apelan a un posteo diario colorido, amarillista, que conmueva por insistencia a las mentes saturadas de colaboradores que buscan respuestas binarias en un presente que solo promete más preguntas.

Todos los consultores y autores que he conocido personalmente o por su obra, y que, desde mi perspectiva, han hecho grandes aportes a la comprensión y el desarrollo del liderazgo, lo han hecho desde una perspectiva crítica pero amorosa, desafiante pero comprensiva de las enormes exigencias que conlleva liderar. A ellos les creo, en ellos confío, son a quiénes elegiría para que me ayuden a ser un mejor líder. Por ejemplo, intenta encontrar alguna frase para la tribuna en la enorme obra del recientemente fallecido Edgard Schein.

Porque los que realmente trabajamos duro por mejorar nuestro liderazgo y el de otros elegimos una estrategia más rica, inclusiva y efectiva: corrernos de la dialéctica del amo y el esclavo para unir lo que solo en apariencia y por conveniencia está desunido: liderar y dejarse guiar es un vínculo indivisible de influencia recíproca que, en tanto sistema, conforma la unidad mínima de liderazgo. Seguir atacando esa alianza es una estrategia de negligente disfrazada de desarrollista.

Es la estrategia de esos roedores que no tienen la menor idea del compromiso y esfuerzo monumental que implica liderar en el presente, mientras buscas como transformar tu liderazgo en pleno vuelo.

Top Voices, Top Noises y Top Mice fueron solo limitaciones de mi corrector, porque la IA requiere de “un golpe de horno” aún ?.

Ya sé, ya sé, para la rata que vende queso detenerse en estas consideraciones le quita tiempo precioso para grabar su próxima cápsula de video, referida a la naturaleza malvada e incompetencia entrenada de “Los Líderes”.

Dejémosla pregonar en las redes su fórmula redencional, al fin y al cabo, estaremos defendiendo la libertad de expresión frente a los excesos de la cultura cancelatoria. Mientras tanto, dediquémonos en el mundo real a trabajar codo a codo con los líderes y colaboradores para aunar sus mentes y corazones en proyectos verdaderos de realización compartida. Para lograr la síntesis dialéctica que reside en la alianza que lidera, que mueve el mundo. Lo fascinante de esta tarea reside en que siempre será inacabada y fallida, porque somos incompletos, por eso nos necesitamos en un liderazgo que siempre fue, es y será colectivo.

El día que realmente comprendamos esto, lograremos que este roedor farsante se sonroje… ojo, solo por un instante, hasta que encuentre el próximo nicho de angustia existencial y enojo hacia el otro, donde posicionar sus máximas sobre el bien y el mal.

Igual te recomiendo cuidarte de cualquier rata que venda queso, por lo menos permitiéndote dudar y pidiendo una fundamentación mejor fundada a las frases totalizadoras.

Mariano Barusso | Es Director General de Asertys, Consultoría en efectividad y transformación organizacional.

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