Tu organización es musical, lo importante es cómo suena

Por Mariano Barusso | 18 de julio, 2023

Te invito a que descubras cómo suena tu organización o equipo, porque son pura música que busca sonar de manera sublime y trascender, como toda buena obra.


Entonces se dio cuenta de que no tenía nada que ganar ni nada que perder. Se sentó y tocó la misma melodía que había tocado tantas veces para su maestro en el pasado. Cuando terminó se hizo un largo silencio. Luego se oyó la voz del más viejo, quien dijo con suavidad desde el fondo de la habitación: “¡Como un dios!”.

– Free Play, Stephen Nachmanovitch

Nunca olvidaré cuando en mi adolescencia escuché el revolucionario “Birth of the Cool” de mi adorado Miles Davis. Una de las razones por las cuales me resulta inolvidable me asimila a las millones de personas a las que se nos dio vuelta la cabeza con este giro vertiginoso con el que Miles volvía a renovar el jazz por completo (como lo seguiría haciendo hasta el día de su muerte).

La segunda razón fue la resonancia que me dejó la presentación que hizo Sid Torin (AKA “Symphony Sid”) de ese glorioso noneto en el concierto en el Royal Rooster de Nueva York, en septiembre de 1948. En su apertura se refirió a “esta nueva y maravillosa organización de Miles Davis”. “¿Cómo organización?, ¡si eso es una banda de jazz!”, fue la pregunta que me despertó y que iría comprendiendo en los años por venir, tanto como músico y como estudiante de la psicología organizacional que encendió mi vocación profesional.

Como lo captó sabiamente Hebert Kaufman, los seres humanos no nos organizamos para sobrevivir, sino que sobrevivimos por nuestra tendencia biológico cultural a organizarnos. Es decir, ser y colaborar con otros se nos impone, no lo decidimos.

Al mismo tiempo, en el origen de nuestras formas más básicas de organización –como podría ser una startup– están el ritmo del corazón y de la respiración, la melodía de nuestra comunicación y la armonía que le da forma a los proyectos. No estoy hablando metafóricamente sino de forma concreta. Si estuviera siendo poético, tampoco sería un problema, porque intento aquí ablandar nuestra mente y expandir el campo de nuestra percepción. La poesía es madre resignada de la prosa y tatarabuela vigilante del Excel.

La organización humana es musical, y la música que convoca, que reúne cada vez a más y que se proyecta en el tiempo es la buena música, esa que se diferencia del ruido derivado del uso desbalanceado de uno de sus elementos: ritmo, armonía, melodía y amplitud dinámica.

En el origen de nuestras formas más básicas de organización están el ritmo del corazón y de la respiración, la melodía de nuestra comunicación y la armonía que le da forma a los proyectos.

Tu organización está conformada por un conjunto de tribus y clanes que suenan de manera diversa, y que intentan integrarse al resto del concierto cotidiano de la mejor manera que pueden. Todas las organizaciones son en su musicar, la diferencia está en los estilos que las identifican y, sobre todo, en si logran sonar bien o mal para sus clientes, sus integrantes y sus socios.

El jueves pasado tomé la excelente decisión de irme a ver la obra “La Travesía” creada e interpretada por Santiago Kovadloff (voz), Ana Victoria Chaves (piano) y Federico Moujan (violín). Es el proyecto expresivo de una organización artística que lleva varios años de evolución, y se nota.

Me había dado el lujo de que cerraran un evento de Asertys el año pasado –sin la presencia de Federico–, pero esta vez quise ir como espectador… y fotógrafo no oficial. Esta vez me di el lujo emocional de ir con mi querida madre, con quien no compartía un espectáculo desde la pre pandemia.

Quiero decir que todos los presentes vivimos una experiencia exquisita, sublime y contundente de integración de la poesía y la música, es decir, una experiencia musical plena, porque los versos de ambas son indivisibles.

Unas horas luego de la función pude apreciar con una perspectiva diferente la riqueza de lo que allí había ocurrido. Siendo consultor y músico amateur había presenciado una organización humana orquestando magistralmente algo muy difícil de lograr sin propósito, talento, amor al público y mucho, mucho ensayo.

Armonizar la narrativa de la poesía, con la ejecución de un piano y un violín, integrando las variaciones expresivas y actorales demandadas por las intenciones de textos diferentes entre sí, y que suene de manera tan cautivante, insisto, ¡es algo muy difícil de hacer!

Nos encontrábamos sin dudas ante un equipo de alto desempeño y de superior sensibilidad estética. Algo a lo que muchos aspiramos en los equipos de trabajo de los que formamos parte. ¿Cómo que no? No te lo pierdas si lo puedes intentar.

Los recursos que Santiago, Ana Victoria y Federico conjugan son muy ricos y complejos, destacando en primer lugar su humanidad y la calidad de sus vínculos que, como lo sentí, han trabajado también de manera musical, con el respeto, la mutua admiración y la complementariedad como valores.

Fui testigo de una danza fluida de constelaciones protagónicas muy bien pensadas en sus variaciones: el trío completo, duetos y momentos solistas de cada uno de los artistas.

Una alternancia asimilable a muchas escenas de trabajo que experimentamos en nuestra empresa y en los grupos de los que formamos parte, pero que suenan bien cuando le damos lugar de manera consciente a los elementos que mencione previamente.

Nos encontrábamos sin dudas ante un equipo de alto desempeño y de superior sensibilidad estética. Algo a lo que muchos aspiramos en los equipos de trabajo de los que formamos parte.

En síntesis, experimenté la emoción de sentir una organización musical brindando una experiencia única a nosotros como público y a ellos mismos como intérpretes.

Confieso que he estado sobre el escenario muchas veces y se que el placer que produce la interpretación colectiva compite cercanamente con la buena sexualidad, porque es una escena plena de libre expresión, erotismo y sensualidad, en una danza de entrega absoluta con el otro, con los demás.

Por lo antedicho, considero que la metáfora musical es una de las más potentes para explicar el proceso del organizarnos, porque nos remite a las partículas esenciales para lograr algo con los demás, de manera orquestal e, idealmente, con una búsqueda estética en el hacer.

Si no conocías esta metáfora te cuento que ha sido una línea de investigación muy prolífica tanto en los estudios organizacionales como socioculturales, que recomiendo leer para comprender.

Recuerda que en el origen de toda empresa –en el sentido amplio que siempre le doy al término– se encuentran la intención, con la confianza en un otro y las ganas de crear una obra emocionante. Todos los que hemos emprendido algo nuevo tenemos el fiel registro de ese momento, que intentamos mantener vivo con el paso del tiempo.

En el origen de toda empresa se encuentran la intención, con la confianza en un otro y las ganas de crear una obra emocionante.

Que tu organización es musical no reviste dudas, las preguntas que realmente importan para apreciarla mejor y liberar su potencial creativo se refieren para mí a:

  • ¿Qué estilos musicales la identifican?
  • ¿Cuándo y en qué suenan bien y cuándo suenan mal?
  • ¿Qué tanto y cómo se preparan para cada función?
  • ¿Qué nivel de orquestación y sincronización han logrado?
  • ¿Hay respeto por todos los instrumentistas, vocalistas y bailarines/as?
  • ¿Los solistas se complementan o se solapan?
  • ¿Tocan para el público o para ustedes?
  • ¿Les da ganas de volver a los ensayos?
  • ¿Su público los sigue en el tiempo, se renueva o va decayendo?
  • ¿Tienen un club de fans o gruppies?
  • ¿Se sienten cómodos en renovar el repertorio?
  • ¿Cómo mantienen su propuesta vigente para el público que se renueva?

Son algunas de las preguntas válidas para una banda musical y para el Lollapalooza que conforma tu empresa o la red de profesionales de la que formas parte.

Te las dejo de regalo, junto con esta filmación casera que hice en “La Travesía” cuando Santiago y Ana Victoria interpretaron “Ítaca” de Konstantino Kavafis ¡Qué finale!

La elegí deliberadamente, para que la escuches con atención y te quedes saboreándola. Así tal vez emerja en ti, el legado del musicar.

Que tengas una muy buena semana.

Mariano Barusso | Es Director General de Asertys, Consultoría en efectividad y transformación organizacional.

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